¡Despierta!


Buenos días, tardes o noches… les comentaré un poco acerca de mí y la razón por la cual creé ésta página específica.
 Lo que quiero lograr con “¡Despierta!” es que toda la gente que lea tenga la capacidad de reflexionar acerca de las cosas que les compartiré, todo basado en mi opinión personal, en lo que vivo, siento y observo en la ciudad, en la escuela, en los lugares en los que todos nos desenvolvemos.

Mi mayor preocupación actualmente es la falta de valores que hay en la gente. Estamos perdiendo cada vez más el sentido ético, moral; perdemos la noción de lo que realmente es importante. Como escuché una vez: nuestra identidad ya no es de personas, amigos, hijos, nuestra identidad de ahora es de un simple consumidor. El consumismo, en mi opinión, va absorbiendo nuestra sensibilidad y nos convierte poco a poco en robots. La gente te mide por lo que tienes, no por lo que eres, y es esto lo que nos ha empujado, como sociedad, a olvidar valores, tan sólo palabras que hacen la diferencia, como un “lo siento” o un “gracias”, aunque no lo crean, esas simples palabras pueden cambiar una situación por completo, pueden alegrarle el día a alguien o sacar una sonrisa.

¡Despierta!, date cuenta, por favor, de que estos tiempos nos exigen un cambio, ya no podemos seguir quejándonos y no hacer nada. Si algo te molesta, cámbialo, mejóralo, no lo ignores, no seas como todos. Nosotros estamos en Contra de eso, Yo estoy en Contra de eso, ¿lo estás tú?

Esta fue una pequeña introducción, y cada mes estaré compartiendo mi opinión sobre diferentes temas, sobre todo, diferentes palabras que pueden marcar la diferencia. 

Liz L.S.



 Igualdad

“Los hombres no han nacido iguales, y no sé por qué hay que querer que lo sean…”Ayn Rand.

Todos sabemos que jamás seremos iguales (ni en nivel socioeconómico, ni en nivel intelectual, en absolutamente nada, por más que parezca) y, sinceramente, no me atrevería a quererlo. Lo que si me atrevo a querer y pedir es ser iguales en cuestión de trato.

Me  refiero a que no debemos tomar en cuenta la posición socioeconómica de una persona para, en base a esta, decidir qué tipo de trato merece. Atrévete a ser respetuoso con un mendigo, así como lo eres con ese profesor cabrón que conoces actualmente. El tener no es ser; el que tiene más jamás será mejor persona que el que tiene menos o, en todo caso, mejor que el que no tiene.  Los valores y lo moral no se compran.

Lo que me preocupa es que cada día que pasa más gente cae en eso de tratar a las personas por el tipo de celular que tienen, si es nuevo o de generación pasada; por la ropa, si es original o “pirata”; por cómo una persona llega a la escuela: a pie, en carro de ruta, en camioneta… si el reloj que una persona usa es de marca o está de moda, y un gran etcétera. Hacen que las cosas pierdan su sentido práctico, que pierdan su funcionalidad y se conviertan en un objeto de aceptación social.

Desgraciadamente (si es que se puede aplicar esa palabra) no sólo las mujeres caen en esto, déjenme decirles, ya en estos tiempos mujeres y hombres caen en lo mismo, tal vez no en igual cantidad pero sucede.

¿Qué necesitamos para que esto cambie? ¿Qué puedo hacer yo? ¿Qué puedes hacer tú? ¿Estás listo para abrir los ojos y actuar de manera diferente?

Yo les puedo decir que soy feliz con mi celular de generación pasada, con mi ropa de marcas desconocidas, sin usar reloj, y caminando a tomar el carro de ruta. Con el tiempo he aprendido y reafirmado que las cosas materiales jamás hacen a una persona.

Liz L.S.



Riesgos

Absolutamente en toda situación existen riesgos, pero me concentraré más en las del tipo personal.

¿Cuántos de ustedes no se han callado cosas para no correr un riesgo, ya sea ser rechazado, que no nos tomen en serio, que se rían, etc.?

Déjenme decirles, que si siguen teniendo miedo, no llegarán a ningún lugar. Eso ya lo había escuchado antes, mil veces, pero hasta hace poco lo entendí.
Vale, a nadie le gusta ser rechazado ni pasar vergüenzas frente a los demás, pero, ¿saben qué? , es parte de la vida. Por mucho que intenten evitarlo, habrá siempre alguna vez en que no puedan.

Sinceramente creo que es mejor hacer las cosas y descubrir la verdad, correr esos riesgos, a pensar después en el “hubiera”; creo que es peor quedarse con las ganas de hacer las cosas e imaginar después lo que pudo haber sido si hubiéramos tenido el valor de hacerlo.

Si lo que desean es decirle a alguien lo que sienten, adelante, puede que no sea recíproco, pero también pueden llevarse la sorpresa de que lo es; de caso contario, no se dejen hundir, sigan adelante, de estas cosas no morimos, nos hacemos fuertes. Tienen que tener la actitud positiva, siempre la cabeza en alto. Sentirse orgullosos de absolutamente todo lo que hacen; sentirse orgullosos de ser diferentes y hacer las cosas que de verdad quieren hacer (siempre y cuando no dañen a terceros).

Si eso que tanto quieres hacer es buscar a tu ex, hazlo, claro, siempre y cuando no sea para hacerl@ sentir mal o reclamarle cosas, si de verdad quieres iniciar algo sano con esa persona que tanto quisiste, inténtalo. Tal vez la otra persona no esté de acuerdo, pero, ¡hey!, al menos lo intentaste. Si lo que quieres hacer es hablarle a esa persona que te gusta, inténtalo, no te sientas intimidado. Si esa persona no esta interesada en ti, pues ni modo, podrás saberlo y seguir adelante. Si lo que quieres es ganarte esa participación en clase, no tengas miedo de levantar la mano cuando la maestra pregunte quién quiere pasar, tal vez no entiendas muy bien el tema pero estando enfrente, créeme, aprendes.

Olvídate del rechazo, de la pena, del qué dirán los demás o cómo te verán. Simplemente sé tú, atrévete a hacer cosas, sobre todo esas cosas que llevas tanto tiempo atrasando.

Sé valiente, una persona valiente no es la que no tiene miedo sino la que actúa a pesar del miedo (según escuché una vez)… así que adelante… “El que no arriesga, no gana”. No pienses en qué perderás, porque a veces lo que puedes llegar a ganar es aún mejor.


Liz L.S.

Soledad 


*“…Siempre llevamos una máscara, que nunca es la misma sino que cambia para cada uno de los lugares que tenemos asignados en la vida… Pero ¿qué máscara nos ponemos o qué máscara nos queda cuando estamos en soledad, cuando creemos que nadie, nadie, nos observa, nos controla, nos escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca?...”

Todos sabemos que cuando nos encontramos rodeados de gente, adoptamos ciertas maneras, maneras que muchas veces son verdaderamente nuestras (digo muchas veces porque habrá algunos que pretendan ser algo que no son), pero cuando nos encontramos solos, es cuando de verdad nos pesan las cosas y (creo) que es cuando nos damos cuenta de cómo somos realmente. ¿Cómo nos damos cuenta? Cuando vamos solos por la calle y hacemos una de estas dos cosas: serle fiel a la personalidad que adoptamos entre nuestros amigos o hacer completamente lo opuesto a lo que hacemos frente a ellos.

**“La soledad, y siempre según mi experiencia, no constituye una tragedia en sí misma. Sólo acaba siéndolo, en mi opinión, si la temes y pretendes rehuirla o combatirla. De hecho, creo que la soledad es el estado natural de las cosas y de las personas…”

En lo personal me he dado cuenta de que la gente le teme, no sólo a la soledad, sino a las personas que disfrutan de su soledad. Muchas veces me he encontrado sola, en la escuela, en la calle, y la gente me mira (tal vez exagere un poco) o de manera rara que no entiendo o con lástima (me tachan de antisocial)… sinceramente no hay nada que me parezca más atractivo que una persona que se siente plena aún estando sola.

**“Yo aprendí muchas cosas de mi propia soledad… la más importante fue que si de verdad acabas por no temerla puedes dejar de estar solo cuando quieras, porque ya eres libre para acompañarte de quien prefieras… Mientras que si te acercas a la gente para rehuir tu soledad sólo consigues engañarte…”

Una vez me dijeron que la gente le teme a lo que no conoce… ¿Y por qué no atreverse a conocer la soledad? Más bien, ¿Por qué no atreverse a conocernos a nosotros mismos en la soledad?...

Cuando se está solo es cuando, normalmente, se realiza la introspección, lo cual es perfecto para aquellos que se interesan por algo más que todas esas trivialidades que existen.

Estando solos no tenemos barreras que nos impidan llegar a nuestra verdadera esencia, porque, queramos o no, el estar continuamente expuestos nos va moldeando poco a poco a lo que es la sociedad en la que vivimos, pasamos por un proceso, que en lo personal opino, es como una mutación. Un día te das cuenta de que no te reconoces, ni tus gustos musicales, ni absolutamente nada, porque, sin querer, te perdiste…
Este semestre aprendí a disfrutar aún más de mi soledad, poder hacer lo que realmente quiero: leer por horas si se me antoja, ir a donde quiero y tardarme el tiempo que se me antoje en algo tan simple como ir a comprar la despensa al súper. Hasta les puedo decir que disfruto tanto del trayecto en el autobús y de mi soledad, que siempre que puedo, elijo la ruta que más tarda en llevarme a mi destino, de alguna extraña manera logro relajarme aún en las vueltas bruscas del autobús y logro aclarar mi mente al hablar conmigo misma (no, no estoy loca), distraerme con la gente o con el reflejo de las luces o los rayos del sol…\

Les pido que si llegan a encontrar a alguien que va al cine solo, o se come un helado sin compañía, no digan cosas como “Pobrecito…” o “Qué pena”… mejor piensen en lo mucho que está aprendiendo esa persona de sí misma, respeten el gran trabajo de esa persona de rescatar su esencia y consideren, por favor, intentar hacerlo un día.

Intenten vivir la vida con significado y profundidad, no a medias y sin experimentar un sentimiento verdadero… Intenten conocer la soledad, para así realmente valorar la compañía…

*“La resistencia” Ernesto Sábato
**”Círculos de tiza” Jorge Berenguer Barrera


Liz L.S.

Momentos de inspiración


"Instantes"

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo.

                Jorge Luis Borges (¿"If I had My Life to Live over again" de Don Herold? / ¿Nadine stair?)

Quién lo haya escrito no es el punto importante de hoy…  Piensen: ¿Tenemos que esperar a tener 85 y sentir que nos queda poco tiempo?...

Deberíamos de ser felices simplemente por el hecho de estar vivos, de tener salud… No preocuparnos por esas cosas materiales que “nos hacen falta y realmente necesitamos”… Creo que cuando lleguemos al punto de ser felices con lo que tenemos, encontraremos la paz, la calma… Podremos disfrutar esos momentos que nos colorean el entorno. Atrévete a disfrutar de una ida al parque, de reventar burbujas en el centro o de reírte por cualquier cosa que a los ojos de los demás sea “insignificante”… Deja de preocuparte por lo que dirán los demás o lo que pensarán de ti… Prefiero que piensen que estoy loca a que piensen que soy una persona más que no se siente feliz ni satisfecha con su vida… Sonrío cuando tengo ganas de sonreír, me río de lo que me da risa, hablo sola si quiero… Nadie me dirá como vivir la vida, nadie me llevará a vivir mi vida de una manera que no quiero, seré capaz de afrontar cualquier situación y a cualquier persona… Todo porque es mi vida…

 Es tú vida, vívela como quieras, sólo recuerda no lastimar a los que te rodean:) …

(Esto surgió gracias a un momento de inspiración...)

Liz L.S.


Todo un personaje…


Este 21 de Agosto tuve la oportunidad de estar presente en la obra “¡Me llamo Pablo!”, que se llevó a cabo en la Sala de Exposiciones del Centro Cultural Bicentenario de Madero. Esta obra fue producción de Rogelio Herrera bajo la dirección e interpretación del actor Carlos Bracho, con el apoyo de Daniel Lacy, el cual representó algunos personajes clave en esta obra.

“¡Me llamo Pablo!” habló sobre la vida del famoso Pablo Neruda, en esta obra descubrimos un poco más acerca de la vida de este gran poeta y diplomático, como por ejemplo, la razón del cambio de su verdadero nombre (Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto) por Pablo Neruda; de su relación con sus padre, sus amigos y un poco acerca de su vida amorosa y la historia detrás de su poema “Bella”.

Disfruté mucho esta obra, porque puedo decirles, que a pesar de no conocer muy a fondo a Pablo Neruda, sentí que esta oportunidad la aproveché demasiado bien, no sólo por saber un poco más acerca de este poeta, sino porque conocí a Carlos Bracho, y déjenme decirles, jamás había estado tan cerca de una persona como él, y no me refiero a su “fama” o por el simple hecho de que sale en la televisión.

Carlos Bracho es todo un personaje. Sinceramente no he visto nada de Carlos Bracho en una pantalla, y si acaso lo he hecho, realmente no lo recuerdo, y me da una lástima, pero bueno, ¿Qué puedo hacer si realmente no me gusta mucho la tv?... el caso es que no me refiero a su fama o al hecho de que salga en la pantalla chica o grande…

Es todo un personaje, porque, sin  haberlo visto antes, sin saber nada acerca de su carrera ni de él, logró transmitirme tanto… estuve a punto de llorar como dos o tres veces, y reí como no tienen idea… disfruté tanto de escuchar su voz que temblaba, disfruté tanto de sus vacilaciones, de sus gritos de alegría, de su voz bajita cuando el personaje tenía un recuerdo distante… disfrute sus ademanes, sus sonrisas, sus miradas al público… ¡rayos! Disfruté absolutamente todo…

Pero realmente lo que más me marcó, y espero jamás olvidar, fue su sencillez; al terminar la obra, permitió que nos tomáramos fotos con él, firmó autógrafos y compartió breves charlas con los presentes.

A pesar de la pena y los nervios que sentía, no pude desaprovechar la oportunidad, me acerqué, pedí permiso para tomarme una foto con él y le dije, le dije la verdad, jamás me habían transmitido algo tan fuerte, le dije que era un honor conocerlo y al final, lo felicité; lo cual sinceramente se me hizo algo tonto después de pensarlo, ya que percibí que él hacia todo sin esfuerzo alguno, entonces, ¿por qué la felicitación?... bueno, si a caso debió de haberme felicitado él a mí por haberme interesado en estos tiempos por algo que todo el mundo, o la gran mayoría, ve como algo inservible u obsoleto, me refiero al teatro.

Si antes yo pensaba que los actores de teatro eran mucho mejores que los que salen en la televisión, ahora estoy segura de ello. No hay nada como saber llevar la improvisación y poder tener contacto con el público justo después de presentarse.

Escuchó atentamente todos los comentarios de los demás, mirando a todos a los ojos. Cuando fue mi turno de pasar y observé sus ojos mirando fijamente los míos, sentí algo mágico, algo que no había sentido nunca: sentí como si pudiera descifrarme por completo con esa sola mirada… como si pudiera escuchar mis pensamientos veloces; a través de esa mirada,  pude percibir su amabilidad y sabiduría; me sonreía de una manera tan cálida y humilde… Jamás creí que conocería a alguien así en mi vida, no en estos tiempos…

Con todo esto, creo que Carlos Bracho viene de otro planeta…

Si llegase a leer esto algún día le diría gracias de nuevo, gracias por exponerse en estos tiempos sólo para podernos compartir, a nosotros los mortales (haha), algo de cultura y profundidad… Gracias por haberme transmitido eso que pensé sería muy difícil de encontrar, por no decir imposible. Gracias por su tiempo y su autógrafo, el cual, espero nadie piense que es exageración, enmarqué en mi portarretratos favorito.

La razón de esto último: Mis amigos, al salir, me dijeron que me veía muy feliz, tanto que mis ojos brillaban… No dejaré que ese momento se me olvide, me aferraré a ese momento cuando me embarguen los pensamientos pesimistas y crea que ya hay poca gente con calidad humana en este país.

Gracias de verdad, y gracias también a Daniel Lacy, el cual me sacó tantas risas, el cual recordaré siempre como una persona atenta a todo, un portador de sonrisas…

Les dejo estas fotos=).

Gracias por leerme. Espero poder encontrarme más personajes cómo este que describí por ahí =)…




 Con Carlos Bracho
 Con Daniel Lacy


"...Quizá sea eso la vida: mucha desesperación pero también algunos momentos de belleza donde el tiempo ya no es igual." M.B.

Liz L.S.



Y seguir adelante

“I think the hardest part of holding on is letting go…” –Goodbye for now de P.O.D.

P.O.D. tiene razón, lo más difícil de aferrarse a algo, o alguien, es dejarlo ir, dejarlo ir y seguir adelante…

Busco empezar de nuevo, pero nada parece suficiente, nada parecer aliviar mi ansiedad. A veces quisiera que pasara el tiempo rápido o dormir durante meses, despertar y no recordar nada, o recordarlo todo pero sin sentir algo… Sonará estúpido o desesperado, pero dime, ¿no has estado tú en una situación parecida?... extrañar, recordar… ahora parecen herramientas de tortura…

Pero somos fuertes, lo sabemos, es sólo que es más fácil dejarnos devorar por la oscuridad que seguir una luz pálida y distante… Quiero decirte que, no sé tú, pero no pienso quedarme en la oscuridad por mucho tiempo, pienso salir, seguir la luz y crecer, disfrutar, volver a amar alguna vez… tengo mucho que dar, mucho que compartir; me queda mucho por conocer, muchos por conocer; muchas cosas por escuchar, probar, ver, sentir… No puedo darme el lujo de quedarme atrás, quedarme estancada en un recuerdo, una idea, una imagen, un sueño…

El hubiera existe sólo para aquellos que gustan de la tortura y no son capaces de llevar a cabo aquello que realmente quieren en alguna situación específica; a mí nunca me gustó, así que llegué al punto en el que verdaderamente no existe el hubiera en esta, mi situación, ya que no hay nada que salvar… Agoté las oportunidades, me queda aceptarlo, mientras más pronto lo haga, más fácil será…

Así que lo acepto, será difícil, ya que aún espero a que algo mágico pase, pero con el tiempo esa idea se perderá… con el tiempo dejaré de creer que te llevaste parte importante de mí (que probablemente es cierto).

Así que aquí estoy, pero no por mucho… Es sólo cuestión de tiempo… sólo cuestión de tiempo.

Seguiré adelante, así como tú, y habrá algún día en el que podamos recordar todo con nada más que sonrisas; todo se convertirá en buenos recuerdos… Seguiremos adelante, y seremos felices.

Cities & Factories – Piano Magic

“…And if I never see you again
Well, I was the one who loved you the most…



And the birds take a bow to my heart

‘Cause they’ve never seen quite one of it’s kind.

It may be worn out and wasted,

It may be selectively blind,

But this heart, it is proud to have loved you,

This heart is not cold to the touch,

This heart never ran from your kindness,
This heart never asked you for much…”

Liz L.S.


Pérdida

Pérdida, no de algo material, sino de una persona…

Parece algo inevitable, lo es… Duele aceptarlo… Sabemos que algún día nos pasará a todos, pero no lo reconocemos, lo empujamos hasta el final de nuestra mente y lo olvidamos, lo olvidamos hasta que sucede… Subestimamos tanto al pensar que jamás nos pasará, que jamás les pasará a los seres más queridos por nosotros… Yo dejé pasar dos oportunidades, y déjenme decirles, no más… Sé que no podré darle todo a todo el mundo, pero si podré hacerlo a la gente que está más cercana a mí.

Duele tanto aceptarlo… duele tanto recordar, estar en el mismo lugar en el que la persona estuvo y no estará más… Duele, pero seguimos adelante.

Empezamos por la etapa de incredulidad para terminar en la aceptación, seguimos adelante… Al inicio se siente imposible, pero con apoyo y aceptación, todo se vence. Se debe ser fuerte, y ser fuerte no es dejar de sentir, desaparecer el dolor, la añoranza… ser fuerte, para mí, es actuar a pesar de ese sentimiento tan feo que es la tristeza. Yo puedo llorar, pero no puedo dejar de caminar. Me tomaré mi tiempo, pero seguiré, seguiré hasta que me llegue el momento.

Nunca sabremos el por qué, nunca sabremos a dónde iremos, nunca sabremos si realmente estamos aquí para una misión específica… Nunca sabremos… Una vez leí algo como esto: “No estamos aquí para entender, estamos aquí para vivir”. Y, realmente, la pérdida hace que reflexiones mucho acerca de la vida, de tú vida: ¿Qué puedo hacer para que mi vida tenga más calidad?, ¿Qué puedo hacer para dejarle algo a este mundo? Y si no es al mundo, a las personas que me rodean; ¿cómo llevar una vida buena y hacer orgullosos a los que no están más conmigo, a los que perdí anteriormente?... No lo sé… No tengo ni idea, pero lo que intentaré hacer es ya no quedarme con las ganas de decirle a una persona lo que pienso de ella, de decirle cuánto la aprecio; le prestaré más atención a la gente que me hable, que me cuestione acerca de cosas que valen la pena, no seré una amiga de temporada. Si bien no puedo estar todo el tiempo con todos mis amigos y conocidos, repito, al menos haré el intento de estar verdaderamente con aquellos que me necesiten.

Si perdiste a alguien, busca apoyo, no estás solo… No sólo perdiste tú a esa persona, esa persona tenía familia, amigos aparte de ti… “Cuánto mejor sería  si compartiéramos unos con otros nuestra inseguridad, si todos juntos nos adentráramos en nosotros mismos…” M.B.

Que no te de pena reconocer tu fragilidad, todo ser humano es frágil y sensible, ¡ya basta de fingir que somos invencibles y que absolutamente nada en el mundo puede con nosotros!, somos humanos, lloramos, gritamos y si perdemos  a un ser querido, nos duele… creo que no hay nada que me dé más miedo que una persona que no siente, o que finge con todo su ser no tener ningún sentimiento.

Les dejo unos videos, espero puedan reflexionar con ellos…

Clock Opera- Once and for all

¡Atrévete!, no pierdas el tiempo…

Beirut- Santa Fe


A mi parecer, una persona muere realmente cuando se le olvida… el hecho de que no podamos ver, o tocar a esa persona, o hablar con ella, no significa que no nos protege, que no nos escucha… llámenme loca, pero lo que pienso es que se convierten en estrellas o en ángeles, y siempre están al pendiente.

Somos capaces de afrontar cualquier situación, estoy segura de eso.

 Here is the test to find whether your mission on Earth is finished: if you're alive, it isn't.” R.B.


Esto va dedicado al Sr. E.M. y a Arturo S.; para sus familias: no pierdan las ganas de vivir, si ellos estuvieran aquí, la aprovecharían al máximo. No entendemos ahora, pero tengo la esperanza de que algún día lo hagamos.


“Que tu pérdida me dé el coraje, la fuerza que necesito para vivir la vida”.

Liz L.S.

Simplemente humana.

Soy normal, al menos así me considero, a pesar de lo que otros puedan pensar. Cometo errores, lastimo gente sin querer, soy orgullosa, alguna que otra vez miento; intento no llorar algunas veces, me rehúso a admitir ciertas cosas… y todo lo demás que todos hacemos, como: amar, extrañar, sentirse bien, sentirse mal, querer regresar el tiempo; querer que la vida sea como una de esas películas en las que todo se arregla rápido y se es feliz hasta la muerte…

También he seguido impulsos alguna vez: decir algo que no debía, hacer algo que, para muchos, sería una locura hacer. Pero no me arrepiento, porque esos impulsos, hayan sido un error o un acierto, me han formado, y gracias a ellos he vivido y sentido cosas que tal vez no hubiera vivido o sentido de no haberme dejado llevar.

 Así como he dicho y hecho tantas cosas sin pensar, me he guardado tanto,  he dejado de hacer tanto… creo que es de lo único que me arrepiento. Pero intento convencerme de que está mejor así, me invento o reconozco razones para seguir aguantando esa inquietud.

Yo también he tenido peleas, también he dejado gente atrás, sobre todo, también me han dejado atrás.

 A mí también me han dicho que no llegaré lejos, a ningún lado. Me han mentido y engañado; me han juzgado, así como he juzgado…

Empiezo cosas que no necesariamente termino, y me lo reprocho. Sigo adelante, pero también pienso mucho en el pasado y a veces lo añoro…

Por otro lado, yo también tengo sueños, sueños que tal vez son inalcanzables, pero por los que no pienso rendirme… También anhelo un amor de novela; imagino cómo será la próxima vez que me enamore; sueño con formar una familia, viajar,  y conocer muchos lugares y a muchas personas. A veces imagino cómo me veré a los 30, 50, y si llego, a los 80 años. No me gusta pensar en la muerte.

Realmente creo que todos, absolutamente todos los humanos cuentan con cierto grado de bondad, y confío, confío mucho en la gente, hasta que me arrebatan esa confianza… Le tengo miedo a los ruidos extraños en la noche y a las cucarachas.

La música me hace sentir bien, a veces también mal, pero la mayoría de las veces me saca, al menos, una sonrisa. Con decirles que mi vista se ha llegado a nublar un poco al escuchar una canción especial, incluso cuando camino por la calle, no puedo evitarlo… la  música logra llegar más allá que cualquier otra cosa en mí.

Tengo muchas cosquillas, me gusta discutir, los debates… me gusta leer, y cuando leo, odio que me interrumpan. Leer es para mí un escape de la realidad.

Me gustan las burbujas, y  platicar por horas, sobre todo si es en alguna cafetería… me encanta la lluvia, me hace sentir bien. Me gusta ver el cielo reflejado en los charcos.  También me encanta el mar, su inmensidad me inspira, me hace sentir pequeña, pero me inspira.

Me encanta andar descalza en mi casa y  amo comer dulces…

Así como encuentran cosas buenas en mí, encuentran también cosas que no lo son tanto.
Así como puedo encontrar cosas buenas en ti, puedo encontrar cosas que no lo son tanto.

Me falta mucho para ser un ser humano ejemplar en todos los aspectos. Pero me gusta pensar que no voy tan mal. Tal vez algún día lo seré…

No sé ni siquiera cuál es el punto de escribir todo esto… tal vez para que todos se den cuenta de que somos muy iguales a pesar de las diferencias que se ven a simple vista… pasamos por cosas parecidas, sentimos, en algún momento, sentimientos parecidos;  tenemos ideas semejantes, sin importar posición económica, manera de vestir, música favorita, géneros de películas…

Yo creo que hasta tenemos sueños en común, tal vez en esos sueños no aparecen las mismas personas pero, algo tienen en común… Tal vez soñamos con la misma playa, la misma cantidad de hijos… tal vez también soñamos con enamorarnos y vivir el resto de nuestros días con esa persona… Todos buscamos la felicidad, tal vez tú felicidad es la misma que la mía… ¿Cómo podremos saber?...

Más importante aún: ¿Cómo no podemos darnos cuenta?... Somos iguales.


“¡Cuántas lágrimas hay detrás de las máscaras! ¡Cuánto más podría el hombre llegar al encuentro con el otro hombre si nos acercáramos los unos a los otros como necesitados que somos, en lugar de figurarnos fuertes! Si dejáramos de mostrarnos autosuficientes y nos atreviéramos a reconocer la gran necesidad del otro que tenemos para seguir viviendo…” E.S.

LIZ L.S.


Fin del mundo.



     Si, lo sé, este tema no viene al caso ya hahah, pero no importa.

     Unos cuantos días antes de esa fecha “temida” por todos, un amigo me preguntó: ¿Si realmente se acabara el mundo, qué harías?, a lo que contesté (no sin antes pensar un poco): Andar en bicicleta por la calle, entre coches y demás; nadar en el mar y… besar a un extraño (los que me conocen saben por qué no he hecho ninguna de estas cosas que suenan tan sencillas).

     Pero bueno, el caso es que me puse a pensar por qué rayos no lo he hecho si, efectivamente, es algo muy sencillo (claro, quitando eso de lo del extraño, hahah, no lo haría). Y pues bueno, ya me decidí: empezaré por lo de la bicicleta. Y todo gracias a “Puerto Bicicletero”.

     Gracias a ellos, seré capaz de cumplir ese deseo de andar en bicicleta=).

     Pues bueno, ahora sólo me falta investigar quién me acompaña al mar hahah. Porque sinceramente necesitaré a alguien, tal vez a un guardián de la bahía hahah.

     Ya para terminar, ¿Ustedes no se hicieron esa misma pregunta, o no les preguntaron lo mismo? ¿Qué harían si se acabara el mundo? ¿Confesarle a la persona que quieren lo que sienten realmente, utilizar toda la ropa que no se han atrevido a usar, viajar, montar a caballo?... El mundo no se acabó, tienen la oportunidad de hacer eso que realmente quieran.






¿Qué es Puerto Bicicletero?


     Puerto bicicletero es un grupo de personas que buscan el cambio para Tampico, Madero y Altamira. Ven a la bicicleta como una herramienta de reconstrucción social y la respuesta para un mundo mejor. 
     Las actividades en Puerto Bicicletero no se remiten a las pedaleadas como tal, sino a unificar diversas actividades con el ciclismo, buscando el encuentro y la convivencia en colectividad, por lo que muy pronto continuarán con bicinemas, bici teatro, bici conciertos y diversas actividades que tienen como objetivo humanizar más a la ciudad.

     Si están interesados en asistir, su próxima pedaleada será este domingo 27 de Enero. La salida será del parque de la petrolera a las 4 de la tarde en punto, y el destino será el Centro de convenciones de Tampico.

     Ese mismo día contarán también con instructores para todos aquellos que no saben andar en bici. Si ese es tu caso, podrás llegar a las 5 al estacionamiento del Centro de convenciones, en donde estarán presentes instructores que, sin duda y con mucho gusto, te enseñarán. Si no tienes bici, ¡no te preocupes!, que ellos están dispuestos a prestarte una. =)

Para más información sobre “Puerto Bicicletero”, te dejo su página de facebook:

Liz L.S


Fantasmas del pasado.
    
Llegué a su territorio (sí, su territorio). Y, a pesar de que las probabilidades de que él estuviera ahí fueran pocas (casi nulas), mi mirada lo buscaba por todos lados; por todos lados, en todas las personas.

El coche avanzaba y yo intentaba cubrirlo todo con mi mirada, lo buscaba, no podía evitarlo. “Ese es demasiado delgado… el de allá es demasiado alto, y ese no tiene su peinado”, pensaba.
  
Después de poco tiempo me pregunté si sería capaz de reconocerlo, si se vería igual que la última vez que lo vi, quizá había cambiado mucho; además, qué me aseguraba que iría a pie, tal vez ya sólo se movía en coche… ¿tendría el mismo coche?  ¿Y qué si lo veía con alguien más? ¿Qué sentiría si lo viera con alguien más?...

Fui al centro de la ciudad (que, para mí, no es más que un pueblito en crecimiento), miraba sin querer dentro de todos los establecimientos que pasaba al caminar, e intentaba imaginar qué lugares visitaría en su tiempo libre: “tal vez aquel bar, o aquel restaurante”.
  
En cuanto compré lo que necesitaba regresé al hotel, y, a mitad del camino, me convencí de que era inútil seguir buscándolo, probablemente no podría reconocerlo ya, además, aunque pudiese, ¿de qué serviría? ¿Qué haría? Obviamente de nada serviría encontrarlo, ya que no lo abordaría, no le diría nada, tendría que conformarme con mirarlo a la distancia.
 
Esa noche no pude dormir, no sé si era porque me encontraba ahí o porque el colchón era un tanto incómodo, el caso es que no pude dormir.
  
En el desayuno me sentía más tranquila hasta que, involuntariamente, él surgió en el tema de conversación mientras pinchaba con mi tenedor un trozo de hot cake. La plática terminó, pero solté un último comentario, y fue con ese último comentario que me di cuenta de que no lo he olvidado. Pero, ¿cómo olvidar?… el olvido no llega fácil.

“Todos lo reconocen ahora: el olvido no existe…”  Más allá del Jardín. Antonio Gala.

Ya lo veía pasar en un autobús (creí haber visto su rostro), ya lo veía pasar en una camioneta (creí haber visto su mirada)…

Dicen que hay gente que se aferra a sus muertos, pues bueno, creo que algunas personas se aferran a los fantasmas del pasado y, me temo, que pertenezco a ese último grupo.

Pero (¡al fin!) he abierto los ojos. No dejaré que nadie ni nada me arrastre al pasado (ya no más); no olvidaré nada de lo que pasé, sin embargo dejaré esas vivencias en donde deben de estar y caminaré sin mirar atrás. Fue suficiente de comparaciones y suspiros. Es mejor suspirar por aquel que acabo de conocer y está presente, que por aquel que conocí y no está. 

Liz L.S.
 
“¿Coincidirá la felicidad con el amor? Son paisajes distintos: se rozan a veces, como se rozan otras emociones, pero pocas cosas pueden hacernos más infelices que el amor. Lo que sucede es que, cuando él desaparece… el vacío que deja nos mueve a la añoranza; a engañarnos creyendo que tuvimos no sólo más de lo que ahora tenemos, sino más incluso de lo que tuvimos. El corazón, ocupado en amar, no analizaba: vivió a ciegas su pasión, su henchido gozo y su desdicha exagerada; vivió su intensidad.” 

Soledad Sonora. Antonio Gala.