jueves, 4 de abril de 2013

La elegancia del erizo.


     Esta novela, escrita por Muriel Barbery, nos cuenta la historia de dos curiosos personajes: Renée Michel, una mujer viuda de 54 años, inteligente y muy culta que se esconde detrás del oficio de portera; y Paloma Josse, una niña de 12 años que es superdotada, pero muy solitaria y reservada para su edad. Cosa curiosa, entre otras cosas que tienen en común,  como el amor a la lectura (y el hecho de que viven en el mismo edificio de la calle Grenelle número 7), es que comparten la afición por la gramática y la ortografía.

     Con esta novela les será posible reír a carcajadas, llorar desgarradoramente e imaginar un mundo mil veces mejor del que vivimos actualmente.

     Esta novela nos abre los ojos y nos permite ver lo que es el verdadero amor, ese amor que está ahí en las buenas y aún más en las malas; la amistad entre personas de cualquier edad; el arte y, lo más importante, que lo inesperado es, aunque nos cueste creerlo algunas veces, algo placentero.

     Paloma nos impone la idea de que somos capaces de cambiar el mundo en el que vivimos y que debemos de disfrutar la vida, mientras que Renée nos recuerda que subestimar a la gente no es lo más inteligente que podemos hacer.

     Otro personaje importante en esta historia es Kakuro Ozu, el nuevo dueño de uno de los departamentos del edificio de la calle Grenelle. Este personaje hará un gran cambio en la vida de ambas mujeres, sobre todo para Renée, ya que la hará sentir nervios y creer en el amor de nuevo.



     Los invito a leer esta impresionante novela, no les dejará mal sabor de boca; y si no les gusta leer, les comento que, en el año 2008, la novela fue adaptada al cine, así que, si no les gusta tanto leer, al menos atrévanse a ver la película.

     Les dejo el tráiler.



“… tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tienen el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes.”



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